En el período de relación,
que fue lógicamente largo,
el chico tuvo ocasión
de ahorrar lo necesario.
Durante el noviazgo formal
la distracción de la gentil pareja
era especialmente natural,
digamos el cine y pasear por la plaza vieja.
A los cinco años de noviazo
Llegó la fecha de la boda,
la novia vestía de largo
y con adornos de Interflora.
El novio muy elegantón
recreándose tan contento,
porque con el nuevo pantalón
se olvidaba del sustento.
Lógicamente hubo invitación
con muy pocos comensales,
porque lo ahorrado no era montón
por ser escasos los caudales ...
(en las fotografías, Cine Monumental y Parroquia de la Purísima Concepción)
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